lunes, 18 de marzo de 2013

Fragmentos de la vida del Chico Bombilla


Cuando la vida no es fácil si eres diferente

Desde un sillón de tapizado ocre cerca de la chimenea, el sonido de los cubitos de hielo en el vaso de vodka empieza a preparar el ambiente para que os cuente esta historia. Sobre la mesa, una bombilla con el filamento roto.*
Acercaos un poco más niños porque esto os interesa, es la historia de otro niño, uno como vosotros. Con sus inquietudes, sus alegrías, sus canciones de opening de series de los 80 invadiendo su cabeza justo el día del examen, sus manos callosas de masturbaciones con todo lo que no sean gatos en Internet y sus ahorros para comprarse cualquier cosa que lleve un sello de Nintendo en la caja. Exactamente igual que todos los demás excepto por que nació con una bombilla en el lugar que debería estar su cabeza.
Aquí comienza la historia del niño bombilla.**

*. Se que todos habéis sabido leer entre lineas y que habéis capturado perfectamente la esencia de la metáfora del lugar desde el que escribo, pero para los alumnos menos aventajados de la clase, decir que es un escritorio de Ikea con una estufilla eléctrica.
**. Y cuando digo aquí, me refiero a otro día, en cualquier otro momento.

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