Carta de un LOBO IBÉRICO indignado

Un precioso ejemplar de Canis Lupus Signatus

Esta carta que voy a exponer a las "Autoridades" públicas viene relacionada con el maravilloso artículo de César-Javier Palacios que luego expondré tras la misma, que acabo de leer entre momentos de tristeza, preocupación y reflexión. Aún en caliente, y con el impacto de saber que tenemos a cabrones sueltos (me niego a llamarles Homo Sapiens a esa escoria) que se dedican a disparar por mero ocio a los lobos ibéricos, que no contentos con eso, otros, aún más cobardes y asquerosos, decapitan sus cabezas para exhibirlas en forma de "protesta" ganadera y encima, funcionarios pagados por todos se dedican a matar a esta maravillosa especie con el supuesto propósito de "controlar su población", aún sabiendo todo esto intentaré ser lo más comedido y Sapiens posible:


"Autoridades públicas de protección del medio ambiente, y por ende, de todos sus ecosistemas, de todos y cada uno de los especímenes de flora y fauna de la península ibérica, por favor, tomen medidas contundentes y coherentes ante estos ataques a uno de nuestros más bellos y emblemáticos seres vivos,       el Canis Lupus Signatus, alias Lobo Ibérico. No permitan que nadie, absolutamente nadie, con la excusa de salvar sus patrimonios económicos (que es lo único que significan para ellos sus animales), mate, persiga o maltrate a ningún lobo, puesto que nuestro ecosistema ya queda muy pobre con los errores del pasado. Sigan pensando en sus primas de riesgo, en sus absurdas normas económicas, en sus ridículos problemas diarios, en sus acciones en bolsa, en la alineación de la selección de fútbol y en todas sus reglas, todos sus dogmas y todas sus pasiones, pero por favor, dediquen algo de tiempo de su trabajo (que pagamos todos) en salvar al lobo ibérico. Ellos no tienen la culpa de nuestras "crisis".

NINGÚN ASESINATO MÁS, STOP AL HOLOCAUSTO DEL LOBO IBÉRICO"

Ahora sí, les dejo con el artículo de César-Javier Palacios en el diario en el que colabora 20 Minutos. Sigan reflexionando y sean felices:

LOBOS DECAPITADOS

En Infiesto (Asturias) unos desconocidos han dejado a las puertas de la oficina de la Consejería de Agroganadería el cadáver decapitado de un lobo ibérico. Se trata de un simbólico acto de protesta de los ganaderos, descontentos con la gestión autonómica de la especie. 47 cánidos y dos camadas eliminadas al año de una población compuesta por una treintena de manadas parece poco.

También en Asturias, un vídeo subido a la red donde se veía cómo funcionarios del Parque Nacional de Picos de Europa matan lobos para controlar su población ha sido retirado, después de que cientos de internautas protestaran por sus escabrosas escenas. Como hace un siglo, el animal abatido era arrastrado de una cuerda por los caminos.

Y la última negra noticia de la semana. En Tábara (Zamora) unos desconocidos han liquidado de un disparo a otro lobo. Vivía en un recinto cercado de la Junta de Castilla y León y estaba a la espera de ser trasladado en unos meses al futuro Centro Temático del Lobo en la Sierra de la Culebra. Su madre, rescatada como él de un zoológico y que iba a llevarse al mismo lugar como atracción turística y educativa, murió hace dos años, también por disparos furtivos.

Odio. Tan sólo odio. “Si fueses ganadero cambiarías de opinión”, me dicen algunos. Es posible, pero no dispararía nunca a las tormentas cuyos rayos matan ovejas, ni a las olas de calor que siempre acaban con algún animal. ¿Por qué sí a los lobos? Porque podemos.

Fue Plauto primero, y 2.000 años después Hobbes, quienes afirmaron que “el hombre es un lobo para el hombre” (Homo homini lupus). Si los lobos estudiasen filosofía, seguramente tendrían una frase parecida: “El hombre es un lobo para los lobos”. O quizá no, pues como recuerda el refrán “lobo no muerde a lobo” y nosotros eliminamos a los nuestros y a todo aquello que nos molesta.